El proceso de granallado, también conocido como arenado, consiste en rociar las superficies mediante un chorreado de arena de sílice limpiando de esta manera dicha superficie de cualquier impureza para obtener así un acabado óptimo.

Entre algunas de sus aplicaciones se cuenta con el granallado para aumentar la adherencia de las superficies para la posterior aplicación de pintura.

El granallado se emplea también en multitud de usos como por ejemplo el pulido de superficies de acero forjado o hierro, el decapado de vigas y materiales de construcción, restauración de hormigón, eliminar óxido, hollín, etc…

El granallado se  usa, entre otras aplicaciones, para aumentar la adherencia cuando aplicamos pintura al polvo

Entre las superficies más comunes en las que se aplica el granallado podemos destacar los recubrimientos industriales en los que hay que limpiar corrosión, parte exterior del casco de una embarcación marítima para limpiar y eliminar la película que se crea o como medio de limpieza en general removiendo todo tipo de material como pintura, yeso, moho, hongos, etc…

El proceso del granallado consiste en expulsar a presión un chorro de material abrasivo que al contactar con la superficie a tratar remueve los restos a limpiar.

El granallado forma parte junto a la aplicación de pintura al polvo del proceso por el que se optimizan las superficies metálicas de numerosos proyectos que nos encargan en Lepoxi.

En Lepoxi somos expertos en la aplicación de diferentes técnicas sobre las superficies de piezas metálicas con el objetivo de mejorar su aspecto a nivel estético así como de aumentar su resistencia y protección para una mayor durabilidad.

Son numerosos los proyectos que han llegado hasta las instalaciones de Lepoxi en los que miles de piezas metálicas son sometidas a tratamientos según el estado o el objetivo de las mismas.

Somos expertos en pintura al polvo y optimización de superficies metálicas desde el año 1992.